El exjugador de élite Fernando Romay admite que nunca ha conocido cómo es una vida normal sin ser reconocido y señalado cuando va por las calles.
Sin embargo, esto no es algo que le agobie o le preocupe. El reconocimiento por su altura o sus títulos es algo a lo que ya está acostumbrado.
Su carrera histórica dentro del baloncesto es reconocida y en entrevistas recientes ha comentado: “Nunca fui una persona normal, no sé cómo es la vida sin que te señalen por la calle”.
La Coruña lo vio nacer en 1959 y desde su infancia ya estaba destinado a ser uno de los grandes. Con tan solo 10 años ya medía 1,85 y su crecimiento fue tanto que los médicos dijeron que llegaría hasta 2,20, pero en realidad solo llegó hasta unos tímidos 2,13. Una altura que sumada al talento fueron más que suficientes para convertirle en todo grande en el baloncesto.
Romay logró ser un fenómeno deportivo y social que sorprendió a muchos. Su interés por el baloncesto comenzó cuando al colegio al que iba llegó un hombre alto que le animó para que jugara.
Decidió seguir aquella sugerencia y al final se animó a intentarlo. Y tras un año entrenando, el entrenador juvenil del Real Madrid, Tomás González, le hizo una llamada. A partir de entonces, el resto es historia en la carrera de este deportista de élite que alcanzó numerosos premios y títulos durante toda su carrera.
Una vida dedicada al deporte
La vida de Romay ha estado dedicada al deporte. Desde los 14 años hasta los 33 fue considerado un deportista de élite. Siempre se dedicó en cuerpo y alma al deporte, al que siempre ha considerado más que una profesión un verdadero estilo de vida.
Para el exdeportista de élite, lo importante más allá de los logros conquistados, es recordar todo el camino y a las personas que le apoyaron para conseguir el éxito.
Tiene un récord sorprenderte de partidos acabados con un 100% en tiros y se consagró como el primer jugador de la liga en obtener dos títulos en dos deportes diferentes.
Pareciera que Romay siempre puede conseguir todo lo que quiere, ya que luego de dejar el baloncesto y pasarse al fútbol americano su carrera continuó. Aunque el exjugador ha comentado que su participación en el fútbol americano se trató de una propuesta que no pudo rechazar y que sus logros en este deporte fueron casi nulos.
Considera que su larga trayectoria se debe en gran medida a que siempre le han gustado los deportes y por ello disfrutaba en su totalidad cada participación deportiva que hacía.
Una carrera productiva
La carrera de Romay ha sido verdaderamente productiva. No solo fue una de las élites del baloncesto. Y se convirtió en toda una referencia en el mundo deportivo. También es conocido por su faceta como comentarista y haber aparecido en varios programas de televisión.
Además de esto, también es escritor y tuvo una etapa como jugador de fútbol americano, y está involucrado en diferentes proyectos sociales y deportivos.
En carrera con el Real Madrid logró conquistar 7 ligas, 5 Copas de Rey, 3 copas Intercontinentales y 5 Copas de Europa. Y en 1984 obtuvo la medalla de plata en los juegos olímpicos celebrados en Los Ángeles, además de la medalla plateada en el Eurobasket de Nantes en 1983.
Su paso por el fútbol americano le permitió abrir su mente hacia nuevas perspectivas, ya que venía del estilo de juego del baloncesto donde a los jugadores les daban en ese momento todo. Tuvo que entender una filosofía diferente del deporte al que llegó como amateur y adaptar a un nuevo estilo en el que los viajes corrían por cuenta del jugador y si se quería por ejemplo, una camiseta, debía comprársela.
La incursión en este nuevo deporte que requería de una gran dedicación y de pocos ingresos, le enseñó a tener otra perspectiva sobre la disciplina deportiva y a no quejarse tanto ante las dificultades.
El exjugador considera que el deporte debe tener valores. El deporte es uno de los factores que más influyen en la vida cotidiana y hoy en día considera que debe llegar a mucha más gente. En declaraciones hechas durante entrevistas, mencionó que las competencias deben llegar al público y por eso el baloncesto tiene que dejar de ser considerado un deporte de “culto” y empezar a transformarse en un deporte que capte el interés de las masas.
Sus pérdidas
La pérdida de su antiguo compañero Fernando Martín es algo que no puede evitar recordar aún luego de todos esto años. El fallecimiento de Martín fue una noticia de la que se enteró junto a todos sus compañeros cuando ya estaban calentando y en el momento en que llegó el último de los jugadores al vestuario supieron quién era el que había fallecido.
Aquel trágico acontecimiento causó angustia a su mujer quien pensó que se trataba de él el jugador que había fallecido, ya que en las noticias se comentaba del incidente, y el taxista que llevaba a su mujer le dijo que el “alto” del Real Madrid se había matado en un accidente.
Del baloncesto al fútbol americano y todo un historial de logros alcanzados. Títulos ganados y pérdidas de compañeros. Conquistas a las que se suma cada una de sus facetas como escritor, comentarista y participe de proyectos deportivos y sociales. Sin duda alguna Romay ha tenido una trayectoria verdaderamente olímpica que le valió el reconocimiento como deportista de élite otorgada por el Consejo Superior de Deportes en 1.983 con la Medalla de Oro de la Real Orden del Mérito Deportivo.
Una historia deportiva que aún no llega a su fin gracias a los aportes de apoyo de este grande en iniciativas sociales como “Más que Basket”, con la que pretende animar a los mayores a disfrutar del baloncesto. Porque para Romay el baloncesto es una pasión que siempre le ha acompañado y sigue compartiendo con todos bajo la creencia de que si las personas fueran más deportivas, la vida sería muchísimo mejor.
Fuentes: https://www.elmundo.es/deportes/baloncesto/2021/03/22/6054bd6ffdddff739c8b45c1.html