Una serie de documentos de que se han filtrado revelaron cuál fue el manejo de China ante la pandemia.
A un año de presentarse la información sobre los primeros casos de COVID-19 en territorio de Wuhan, la polémica se ha desatado por la filtración de una serie de documentos que se aseguran contienen las pruebas del ineficiente manejo de China de la pandemia durante estos primeros brotes.
En la actualidad, la pandemia se ha controlado en China a tal punto que los casos son prácticamente inexistentes. Y cuando sucede un contagio, este se da de manera aislada y el problema es tratado de inmediato para así evitar un posible rebote de la pandemia.
Sin embargo, durante los primeros meses las cosas fueron diferentes. En China; país donde se reportaron los primeros casos, las estadísticas de contagios eran sumamente altas. Pero a pesar de que las cifras fueran elevadas en aquel momento, solo le bastaron unos meses al gigante de Asia para poner un freno al avance del virus en todo su territorio.
Este es un panorama muy diferente al que vive la comunidad internacional que en la actualidad enfrenta una lucha por el control de la pandemia, y pone sus esperanzas en las vacunas de Pfizer y Moderna como una opción para poder recuperar el sentido de la normalidad en algún momento dentro de los próximos meses.
Pero a pesar de que esta sea la realidad de China, ahora han salido a la luz varios documentos en los que se revela que la eficiencia que ha mostrado el gigante asiático para manejar la pandemia, fue algo muy diferente cuando todo inició.
Documentos que revelan cifras que habrían sido falseadas
El contenido de los documentos filtrados ha sido divulgado por CNN. En ellos se indica que las cifras de contagiados que el gobierno chino informó desde octubre hasta el mes de abril del presente año habrían sido falseadas.
La información tiene como fuente de origen el sistema sanitario chino y llegó al medio de comunicación de manos de un informante anónimo.
Se tratan de 117 páginas entre las que se encuentra un informe clasificado como “confidencial” revela que el número real de contagiados que se dieron entre ese período de tiempo fue de 5.918.
Las autoridades chinas habían comunicado que las cifras eran de 2.478 casos confirmados, lo que muestra una gran diferencia entre las estadísticas que fueron hechas públicas y las que se encuentran en el informe.
Las cifras que hoy en día se revelan como las reales se encuentran divididas en diferentes categorías. Además de los 2.345 casos que fueron informados como “confirmados” en ese momento, se indican 1.772 que esperaban por la confinación del diagnóstico clínico junto a 1.796 casos que eran estudiados por sospechas de infección.
La clasificación de los casos confirmados
En el momento en que fueron escritas estas cifras, solo se consideraban como “casos confirmados” a los que dieran positivo a la prueba del PCR. Aunque, debido a que en aquel período de tiempo no existían las suficientes pruebas para cubrir la demanda de todos los pacientes, muchos de estos fallecieron durante las primeras semanas de pandemia. Mientras que aquellos pacientes a los que se les realizaron pruebas de rayos X o un escáner pulmonar, entraron en la categoría de diagnósticos clínicos y en la clasificación de “sospechosos”, fueron consideradas las personas que habían tenido algún tipo de contacto con pacientes contagiados o que tenían algún síntoma leve de coronavirus.
Ninguno de los casos que entraban en estas dos últimas categorías se incluyó en las estadísticas totales hasta el 14 de febrero de este año. Este fue un factor que hizo que se incrementaran las cifras de contagiados en comparación con el día anterior al anuncio, y que la cantidad de muertes se doblara.
La engañosa cifra de muertes
Con esta filtración de documentos lo que más ha llamado la atención es la “engañosa” cifra de muertes por coronavirus que se revela.
Estas estadísticas son mayores a las que fueron comunicadas originalmente por el gobierno chino en su informe.
Según algunos párrafos de estos documentos, el 10 de febrero se dio el deceso de seis miembros del personal sanitario. Pero debido a que la muerte del personal sanitario era un tema muy delicado, este hecho no fue informado.
En relación a esto, también se tiene en cuenta la muerte del doctor que informó sobre los primeros casos de coronavirus, Li Wenliang, quien había sido reprendido por las autoridades por dar a conocer la noticia a través de las redes, y que unos tres días antes había fallecido.
Otros datos de los que habla el documento es que mientras que el 17 de febrero fueron contabilizadas en la provincia de Hubei de forma oficial unas 93 muertes, la cifra real era de 196. Lo mismo ocurrió cuando el 7 de marzo se presentó un balance oficial de las muertes en Hubei que tenía como cifras 2.986, cuando las reales que se mantenían en secreto eran de 3.456.
Estas estadísticas sobre el “balance oficial” presentado por las autoridades, contrastaban con las que estaban asentadas en los informes secretos que reflejaban unas 2.675 muertes de pacientes a los que se habían realizado las pruebas de PCR. Mientras que 126 eran “sospechosos” de estar contagiados con COVID-19, y 647 eran pacientes que habían fallecido y que fueron diagnosticados mediante pruebas clínicas de rayos X o tomografías.
La minimización de la pandemia
Los expertos que han evaluado estos documentos aseguran que los informes comprueban que el gobierno chino buscó minimizar la situación de pandemia dentro de sus fronteras.
Para los especialistas podría ser posible que durante la primera fase de la pandemia muchos de los médicos que fallecieron no supieran siquiera que estaban combatiendo una nueva clase de virus.
Luego de la filtración de documentos, China ha reafirmado sobre la transparencia de la información que ha compartido sobre el coronavirus, aunque no ha hecho mayores declaraciones sobre los informes secretos.