Un asistente virtual de Amazon se convirtió en el inesperado testigo de un homicidio en Florida.
El caso de un asesinato en el estado de Florida, E.E.U.U, ha cobrado un rumbo un tanto inesperado. Y que para esclarecer qué ocurrió, las autoridades podrían recurrir a un “cibertestigo”.
Los hechos se dieron en Hallandale Beach, Florida, donde una discusión de pareja culminó con la muerte de Silvia Galva producto de un arpón que fue clavado en su pecho por su novio Adam Reechard.
Según las autoridades, la pareja sentimental se vio envuelta en una discusión y cuando las cosas se salieron de control, el novio de Galva la apuñaló con el arpón.
El caso resulta un precedente peculiar, ya que las primeras investigaciones no arrojaron suficientes pruebas claras sobre lo que ocurrió en realidad.
El novio de Galva, aseguró a las autoridades cuando se inició la investigación que él no cometió asesinato.
En las declaraciones dadas por Reechard, este afirmó que se encontraba de viaje y al llegar de regreso a su hogar, encontró el cuerpo de su pareja sin vida y con el arpón clavado en el pecho. En su testimonio declaró que el arpón nunca había estado en su hogar, por lo que desconocía cómo este objeto había llegado hasta allí, ni tampoco podía imaginar quién había asesinad a su novia, pero que había que centrarse en buscar más pistas que se pudiera esclarecer el caso.
Un caso irresoluble
Tras el hallazgo del cadáver de Silvia Galva en julio pasado, el asesinato estuvo rodeado de falta de respuestas.
Las investigaciones iniciales intentaban responder las numerosas dudas sobre qué había ocurrido realmente.
Reechard, el novio de la víctima, aseguró en repetidas ocasiones desconocer qué había ocurrido y pidió que debían buscarse otra clase de pitas además del misterioso arpón encontrado, y el cual fue la causa de muerte instantánea de la mujer.
Las autoridades realizaron diversos análisis de las pruebas encontradas, sin embargo, lo hallado en la escena del crimen no resultaba suficiente para dar con la verdad de lo ocurrido. Esto llevó a los investigadores a una especie de callejón sin salida acerca de lo que había sucedido.
Sin testigos y solamente con las declaraciones del novio de la víctima quien fue considerado como principal sospechoso; sin que hubieran pruebas claras de ello, el caso no lograba avanzar. Sin embargo, un cibertestigo que antes no habían considerado, representó la salida para aclarar este caso.
Un cibertestigo como prueba del crimen
El cibertestigo que fue considerado como una posible prueba del crimen se trató del asistente de voz de Amazon “Alexa”, que la pareja mantenía en su hogar.
Este asistente de voz es un dispositivo inteligente que tiene la capacidad de realizar pedidos, responder dudas, colocar música a través de la activación de comandos de voz.
Debido a su capacidad de grabación de voz, la policía piensa que el dispositivo podría haber grabado al menos un parte de la conversación entre Galva y su pareja, momentos antes de la muerte de ella.
En el hogar de la pareja se encontraban dos asistentes de voz. La policía ya ha pedido a la empresa Amazon las grabaciones de ambos dispositivos, que se encuentran almacenadas en un servidor.
Por su parte, Amazon ha afirmado que sus asistentes virtuales solo inician la grabación hasta que se pronuncia alguna de las palabras claves de activación como “Echo”, “Amazon” o “Alexa”. Asimismo, la compañía ha comentado que estos asistentes virtuales no graban conversaciones completas; solo pequeños fragmentos de los diálogos.
A pesar de esto, ha habido registros de casos en los que hackers han logrado intervenir estos altavoces inteligentes y robar fragmentos de la conversación, sin que los usuarios se den cuenta de lo que ocurre.
¿Un asistente virtual puede considerarse un testigo?
Ante el desarrollo de os acontecimientos en este caso, muchos se preguntan si un asistente virtual puede ser considerado un testigo.
Se sabe que este no es el único caso donde un asistente virtual ha sido tomado en cuenta como un posible testigo.
En el año 2015, un expolicía en Georgia de nombre Victor Collins, fue encontrado sin vida en una bañera en el patio trasero de una casa de Arkansas.
La vivienda era propiedad de su amigo James Andrew Bates, quien aseguró que encontró el cadáver durante la mañana, luego de que él se hubiera ido a dormir la noche anterior.
Pero las declaraciones de Bates no convencieron a las autoridades debido a la forma cómo había sido hallado el cadáver del hombre.
El cuerpo de Collins tenía diversas lesiones en los labios, parpados y la nariz. Además de esto, se descubrió que habían rastros de sangre alrededor de la bañera que fueron limpiados. Sin contar que la autopsia al cuerpo mostró que las heridas habían sido causadas por una pelea y que la muerte se dio debido a estrangulamiento bajo el agua.
La policía pasó a tomar como sospechoso a Andrew Bates, pero no existían pruebas suficientes para demostrar el hecho.
Aunque la falta de testigos humanos no detuvo las investigaciones. Las autoridades encontraron una vía solicitando las grabaciones del asistente virtual que se encontró al lado del cuerpo.
El dispositivo estuvo reproduciendo música y grabando al momento del deceso, por lo que aunque en teoría los audios son eliminados de forma casi inmediata, pueden quedar fragmentos de conversaciones que son almacenados temporalmente.
Este fue uno de los primeros casos donde un asistente virtual fue considerado como testigo de un crimen sin resolver.
Un asistente virtual clave en el crimen
El asistente virtual hallado en la escena del crimen ahora se ha convertido en la pieza clave que podría ayudar a esclarecer el misterio.
Las autoridades esperan hallar en los dispositivos alguna pieza clave de información que revela la verdad de los hechos. Aunque también existe la posibilidad de que no encuentren nada relevante en estos altavoces.
Solo queda esperar si este último cibertestigo podría realmente ser el único que ayude a solucionar este asesinato sin resolver.