A 6 años de su muerte, el recuerdo de Oscar de la Renta sigue presente en el mundo de la moda.
Oscar de la Renta es recordado en el mundo de la moda como un legendario diseñador; todo un aristócrata o un emperador del diseño.
Sus diseños siempre embellecieron a la mujer y vistieron a grandes estrellas de la talla de Julia Roberts y Sarah Jessica Parker.
La pérdida de un aristócrata de la moda
Hace ya 6 años, en 2014 las noticias de moda y entretenimiento recibieron la penosa noticia de la muerte del reconocido aristócrata de la moda: Oscar de la Renta.
La noticia de su fallecimiento a los 82 años por linfoma de Hodgkin, impactó al mundo y fue considerada como una gran pérdida en el mundo de la moda. Oscar era un hombre para el que la mujer tenía un gran papel en sus diseños. Y su partida significó que las mujeres del mundo habían perdido a un hombre que era capaz de comprender su esencia y transformarla en exquisitos diseños que deslumbraran al mundo.
Y aunque ya han pasado varios años desde su partida física, el recuerdo de este gran diseñador sigue presente. Personalidades como la especialista en moda y productora de cine Mari Rodríguez Ichaso, entre muchos otros, recuerdan con gran aprecio no solo al diseñador que todos conocían; sino a la esencia del maravilloso hombre que había tras cada uno de sus diseños.
El lado íntimo de Oscar de La Renta
De la Renta era reconocido a nivel mundial como uno de los mejores diseñadores. Pero más allá de todo este glamour y la admiración que millones de personas sentían por su trabajo, era un hombre con una íntima vinculación con la naturaleza.
Una de las principales aficiones de Oscar de La Renta era dedicarse a la jardinería. Según sus conocidos, el diseñador habría comentado en algún momento que de no haberse dedicado a la moda sería jardinero.
Sus más allegados no podían dudar que la naturaleza lo apasionaba. Su jardín era una de sus posesiones más preciadas y le gustaba mostrar con orgullo lo que él mismo había logrado. Era él mismo quien se ocupaba con sus propias manos de cada aspecto del jardín… Se encargaba de la tierra, de las hojas muertas, cultivar lechugas, papas y diversos tipos de verduras y vegetales en un huerto; de darle vida al jardín y crear arte con las flores y plantas. El vínculo que sentía por la naturaleza y el jardín que cuidaba era tan profundo que el diseñador anhelaba que de ser posible, ser enterrado junto con su esposa Annette en aquel espacio de naturaleza a la que había dedicado tanto.
El lugar que le hacía sentir “más en casa”
El diseñador consideraba que Nueva York era el lugar que le había brindado la satisfacción de sus triunfos. Por esta razón, tenía un gran aprecio por la ciudad que era “su casa”. Sin embargo, a Oscar de La Renta le gustaba viajar hacia Santo Domingo y Connecticut donde se despejaba de todo y recargaba energías. De la Renta consideraba a estos tres lugares como si fuesen sus “tres hogares”. Eran los sitios que más apreciaba y donde se permitía ser feliz, reír y disfrutar de la pasión del baile cuando iba a Santo Domingo. Y hasta el final de su vida, les guardó el mismo sentimiento.
La vida y el camino de la moda de Oscar de la Renta
El camino de la moda de Oscar de La Renta inició en Santo Domingo en 1932. Luego su camino adquirió un nuevo matiz cuando se mudó a Madrid a los 18 años, y se sumergió en el estudio de la pintura. Pero no sería hasta 1963 cuando comenzara su vida en Nueva York, que empezara a vivir la etapa de la moda en todo su maravilloso esplendor.
El padre del diseñador era el dueño de una compañía de seguros, por lo que se esperaba que él siguiera su camino. Sin embargo, desde muy joven, De la Renta tuvo contacto con las artes ya que el hermano de su madre era un poeta muy importante en Santo Domingo, y tenía una tía que se dedicaba a la pintura.
Este contacto con el arte hizo que se sintiera interesado por este mundo. Y eventualmente, a pesar de que su padre no deseaba que su único hijo dedicara a este mundo en lugar de estar en una compañía de seguros al igual que él; con ayuda de su madre logró convencer a su progenitor para que aceptara su decisión. Y gracias a esto a los 15 años comenzó a estudiar en la Escuela Nacional de Bellas Artes de Santo Domingo.
Él quería probarle a su padre la seriedad con la que tomaba la pintura, por lo que luego de graduarse emprendió un viaje a Madrid para estudiar en la Real Academia de San Fernando. Durante su estadía allí su madre murió y su padre insistió en que dejara la pintura y regresara a ocuparse del negocio. Pero durante ese tiempo sucedió algo: comenzó a trabajar como ilustrador de moda. Y cuando la esposa del embajador de Estados Unidos en España, le pidió que diseñara un vestido para su hija debutante, la suerte del diseñador cambió.
El golpe de suerte de Oscar de la Renta
Aquella petición por parte de la esposa del embajador de Estados Unidos le valió para empezar a trabajar en la casa de costura de Cristóbal Balenciaga, quien era un verdadero genio de la costura internacional, luego se fue a París a pesar de que todavía no hablaba francés; y dos años más tarde, fue llamado por Elizabeth Arden a Nueva York. Y luego de otros dos años, fundó su propia casa de modas y llenó al mundo con sus diseños.
Oscar de la Renta siempre será recordado como un hombre que consideraba a la familia como una de las cosas más importantes. Y que más allá de su talento como diseñador de cosas bellas, tenía un gran valor como ser humano. Y por eso, siempre será recordado en el mundo de la moda.