El surgimiento de una variante del COVID-19 mucho más contagiosa y el retraso en los esquemas de vacunación que los gobiernos del mundo han prometido, ha hecho que se levante una ola de preocupación y numerosas críticas relacionadas con la lentitud de todo el proceso.
Y es que desde el anuncio de las campañas de vacunación masiva, el mundo sintió esperanzas de poder regresar paulatinamente a la normalidad a medida que la población fuera inmunizada.
Este tipo de críticas se ha generado principalmente en los países donde las vacunas ya han sido aprobadas debido a que los problemas de escases que generan grandes retrasos en la distribución y aplicación de las dosis.
Hasta ahora la solución para lidiar con estos inconvenientes han tenido que ver con administrar medias dosis y distribuir el tiempo entre las dosis que se necesitan para una inmunización completa.
Ante este tipo de panorama algunos expertos han expresado su preocupación sobre un sistema de vacunación que debería manejarse de forma más rápida, para así lograr controlar los avances de la pandemia. Por su parte, los gobiernos del mundo han respondido a las críticas asegurando que los fabricantes de vacunas son los culpables de la situación al entregar las dosis con retrasos. Mientras que las compañías desarrolladoras de las vacunas han asegurado que la falta de suministros es la verdadera culpable de la situación. Mientras que otros hacen hincapié en la mala ejecución de los planes de distribución y la gran falta de personal de salud capacitado para la aplicación de las dosis correspondientes.
Todo este conjunto de respuestas y acusaciones ha hecho que muchos expertos de salud opinen que la razón del ritmo tan lento en la inmunización no es más que una consecuencia inevitable de crear e implementar en tan poco tiempo una vacuna de tal magnitud.
La situación en el Reino Unido
Hace un par de semanas comenzó en Reino Unido la vacunación contra el COVID-19, lo que le convirtió en el primer gobierno en todo el mundo en inmunizar a su población con una vacuna oficial y que fue sometida a un proceso de prueba.
Aunque desde el inicio del proceso el gobierno se enfrentó con las inquietudes generales de los ciudadanos acerca de cuántas dosis hay disponibles realmente.
Con respecto a esta duda, Birmingham fue una de las ciudades inglesas que informó que estaban comenzando a quedarse sin vacunas, lo que ha hecho que el personal sanitario pregunte dónde están las dosis de Pfizer / BioNTech.
La duda que aqueja a la ciudadanía es si existe un problema en el suministro o las causas del retraso es que no hay una infraestructura adecuada para enfrentar un esquema de inmunización tan grande. Nadie parece saber la respuesta en realidad, ya que mientras los fabricantes continúan diciendo que no hay inconveniente alguno con el suministro de las vacunas, el Gobierno afirma a la ciudadanía que si hay una escasez de dosis.
Toda esta situación ha hecho que se publique un informe en el que se insta al gobierno del Reino Unido a ser más transparente en lo que en verdad ocurre, porque según evidencia la lentitud se relaciona con la falta de confianza en la organización que tienen algunos de los responsables de las estrategias de inmunización.
Desde que inició la vacunación unas 2 millones de personas han sido vacunadas y el primer ministro Boris Johnson hizo un comunicado en el que prometió que las dosis aumentarían a 2 millones por semana.
El resto de los países y el proceso de distribución
Al igual que Reino Unido, la nación francesa ha recibido diversas críticas por su lentitud en la implementación de sus vacunas. Durante la primera semana fueron vacunadas unas 516 personas, pero el número se calculaba a 100.000 personas que ya debían estar inmunizadas para ese fin de semana según el ministro de salud de ese país.
Alemania, Canadá, Estados Unidos y los Países Bajos son otros de los gobiernos que recientemente han comenzado su esquema de inmunización, pero los retrasos surgidos han dado origen a cientos de críticas y cuestionamientos.
En algunos casos, los errores de cálculo han sido los responsables del retraso. Tal y como ocurrió en Estado Unidos y la confusión sobre la fecha de aprobación de la vacuna y su distribución oficial.
El proceso de distribución de la vacuna a nivel global ha sido seguido por todos los países. Tres semanas es el tiempo aproximado que tarda cada vacuna en ser sometida a una prueba individual antes de poder de ser distribuida.
Además de esto, se suma el tiempo del transporte y del almacenamiento espacial ultrafrío que requieren las dosis de BioNTech / Pfizer que deben ser almacenadas en congeladores diferentes a los estándar usados para otras vacunas. Esto se debe a que su temperatura de conservación es de a -70 grados centígrados o -94 Fahrenheit, lo que hace que el establecimiento de esta clase de infraestructura en países subdesarrollados sea un tema complicado.
Los países en desarrollo y la vacuna contra el COVID-19
Desde que la vacuna comenzó su distribución numerosos países se han sumado la lista de los gobiernos que buscan desbloquear la implementación de la vacuna, mientras que otros aplican estrategias de reducción de dosis.
En el caso de los países en desarrollo el panorama puede ser muy diferente. Aquellos países que tienen posibilidades se están debatiendo en tomar lo que puedan de las dosis para su nación. Pero para los países de menos ingresos el que la mayor cobertura esté de parte de las naciones con más poder adquisitivo, pone su situación estancada. Y es que incluso en los países más ricos, tardará un buen tiempo antes de que puedan contar con un exceso de suministros.
Sin embargo, La Organización Mundial de la Salud ha dicho que en estas circunstancias debe promoverse el acceso a las dosis para todos, y permitir que las naciones en desarrollo tengan acceso a ella. Aunque para lograr esto es necesario un plan efectivo de distribución e implementación de las vacunas multinacional y concertado.