Una investigación encontró que una variante en el gen de la testosterona podría influir en un mayor riesgo de ingresar en la UCI como consecuencia de una complicación por COVID.
El coronavirus tiene una amplia variabilidad que causa que algunos de los contagiado con el virus no presenten síntomas, mientras que otros desarrollan complicaciones letales.
Los factores que influyen en la evolución de un paciente con COVID son muy variados, pero dos de los principales factores se relacionan con la edad, el sexo y la presencia de otras enfermedades.
El sexo es un factor predominante. En las unidades de cuidados intensivos (UCI) puede verse como dos tercios de los pacientes allí internados son del sexo masculino.
Este es un hecho llamativo para el que un grupo de científicos ha revelado finalmente una explicación.
Identificado el gen causante del riesgo
La investigación, impulsada por la Universidad de Siena y que contó con la colaboración del Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR) y el Hospital Universitario Vall d’Hebron, conjuntamente con el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), arrojó que existe una variante en el variante en el gen del receptor de andrógenos o de la testosterona que aumenta el riesgo de sufrir COVID de gravedad.
El rasgo genético que fue identificado dificulta el funcionamiento adecuado del receptor de la testosterona, que al mismo tiempo está asociado a una peor respuesta al estado de inflamación.
Los resultados que fueron publicados en la revista EBioMedicine, arrojaron un poco de luz a lo que ya se conocía de que ser hombre era un factor predominante para que las consecuencias del virus COVID (que afecta tanto a hombres como a mujeres) llegue a un estado de gravedad. Ahora se conoce un porqué mucho más exacto acerca de las razones por las que los hombres desarrollan mayor gravedad ante el contagio que las mujeres.
Variantes genéticas analizadas
El estudio se centró en el análisis de unas variantes genéticas específicas a través de técnicas de inteligencia artificial. Estas variantes genéticas no son tan frecuentes en el genoma humano: repeticiones de aminoácidos.
Existen 20000 genes de los que se conocen aproximadamente solo unos 40 que muestran esta clase de variación, consistente por tener un número de repeticiones de un aminoácido específico. Y uno de estos genes en concreto es el del receptor de andrógenos, que dependiendo de la persona, puede tener entre 9 y 36 repeticiones del aminoácido glutamina, de acuerdo a lo investigado hasta ahora.
Para esta investigación se estudiaron las muestras de sangre de 638 personas (entre hombres y mujeres) de Italia, que son las personas que tienen más repeticiones y que han sufrido peor los golpes del COVID-19.
Aurora Pujol, investigadora del grupo de Enfermedades Neurometabólicas del IDIBELL y coordinadora de la cohorte española del estudio, señaló de forma textual “Tener menos de 23 repeticiones de este aminoácido (repeticiones cortas) se asocia a un mejor pronóstico de la Covid-19. Por el contrario, si el receptor de la testosterona tiene 23 repeticiones o más (repeticiones largas), los pacientes tienen más riesgo de ser hospitalizados en la UCI”.
El hombre solo tiene un cromosoma X y es en este cromosoma donde se encuentra el gen del receptor de andrógenos. Esto significa que cualquier tipo de variación en este gen podría afectar la manera en que funciona. En el caso de las mujeres, estas tienen dos copias del receptor, cada una de ellas con un número de repeticiones concretas.
La investigación válido los resultados obtenidos del grupo italiano, con las muestras de sangre de 158 hombres, de los que 117 tuvieron COVID grave y los otros 41 solo desarrollaron síntomas leves que no requirieron de ser hospitalizados o fueron asintomáticos que la población española, que también se ha visto gravemente afectada por la pandemia. Y los resultados comprobaron de nuevo que las variantes en el receptor de andrógeno efectivamente influyen en el riesgo de que un hombre sea ingresado a la UCI por complicaciones del virus y la evolución negativa de los síntomas por COVID.
Otras mutaciones genéticas en el hallazgo
Se participó de otras mutaciones genéticas en el hallazgo que responderían la pregunta de por qué tantos hombres son ingresados a la unidad de cuidados intensivos por COVID. Fueron identificadas alteraciones que alteraciones que son un freno a la generación adecuada de los interferones 1, que son uno de los principales mecanismos que tiene el organismo para luchar contra las infecciones producidas por virus.
Las mutaciones finalmente explican que puede tenerse COVID severo independientemente de la edad y factor de comorbilidad, aunque afortunadamente este tipo de mutaciones no son m uy comunes en la población en general.
Sin embargo, el riesgo relacionado a las variantes en el receptor de andrógenos, no es tan alto como el factor de la edad avanzada. A pesar de esto este estudio tiene un gran valor, ya que ayuda a conocer con mucha más profundidad cómo funciona esta clase de enfermedad y tener un conocimiento más profundo de las diferencias clínicas que hay entre las personas y por qué las enfermedades evolucionan con tanta gravedad.
Utilidad clínica futura
El hallazgo ha hecho plantearse a los investigadores la posibilidad de proponer un ensayo clínico en el que se seleccionen a los pacientes con este polimorfismo genético, y le sean aplicadas las dosis respectivas para así poder determinar si se logra de manera efectiva reducir las posibilidades de terminar con complicaciones por COVID.
Aunque se señaló que no habría ninguna clase de sentido en tratar a todos los individuos con una terapia hormonal. Centrarse única y exclusivamente en este tipo de terapias no representa ninguna solución. El verdadero enfoque está en las personas que tengan esta predisposición genética. Y una vez se confirme un fármaco que sea útil ante esta variante, será el inicio de los tratamientos genéticamente personalizados contra el COVID. Sería medicina personalizada contra este virus que iría muchísimo más allá de los tratamientos generales que son aplicados actualmente.
Fuentes: https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2021/03/22/60585cedfc6c83181a8b4618.html